Seguramente si te estás adentrando en el mundo del diseño por computadora, en algún momento comenzarás a preguntarte ¿Cuándo debo usar RGB o CMYK en mis diseños?. Muy bien, ya sea que estés utilizando CorelDraw o Illustrator o cualquier otro programa de Diseño Gráfico profesional, aplicar bien estos conceptos te ayudarán a que tus impresiones salgan correctamente y los colores que hayas elegido en la computadora, sean lo más parecidos posibles al resultado final ya impreso en un papel.
Como habíamos dicho en el post de ¿Cuál es la diferencia entre RGB y CMYK?, la cantidad de colores que podríamos hacer en RGB eran más de 16.000.000 de colores y en CMYK los colores eran alrededor de unos 24.000 colores.
Es más que obvio, que con el modelo de color CMYK, es prácticamente imposible, igualar la cantidad abismal de colores que se pueden lograr con el sistema RGB.
¿Cuándo debo usar RGB y CMYK en mis diseños?
Si usás un programa de diseño, como por ejemplo CorelDraw, deberemos elegir el modelo de color correcto, basándonos en nuestras necesidades al crear un documento nuevo.
Entonces, vamos a decir (para que todos lo entendamos), que como RGB está basado en la LUZ eléctrica, su cometido, es que va a ser usado para mostrarse finalmente en monitores, móviles, tablets, televisores, ya que estos dispositivos eléctricos usan ese modelo de color.
Si diseño por ejemplo un gráfico para publicar en una red social usando CorelDraw, y sé que no lo voy a imprimir, voy a elegir RGB al crear el documento, para que al diseñar, los colores que elija en la paleta, sean los correctos y para que se vean correctamente en pantallas de computadora o smartphones.
En cambio, el modelo CMYK está basado en tintas o pigmentos que van a ser impresos sobre algún tipo de soporte, como por ejemplo hojas de papel. Estas hojas pueden ser impresas por algún medio de impresión que maneja CMYK, como por ejemplo una impresora offset.
Si diseño por ejemplo, unas tarjetas de invitación usando CorelDraw y ese diseño quiero imprimirlo finalmente en una impresora láser, voy a elegir CMYK. Para que al diseñar la tarjeta de invitación, los colores que elija en la paleta sean los CMYK y para que al imprimirlos, sean lo más parecido posibles a los que voy a ver en el monitor al momento de diseñar.
¿Cuándo elegir entre CMYK y RGB para diseñar?
Si sabemos que lo que estamos por comenzar a diseñar, en algún momento lo vamos a querer imprimir, deberemos comenzar un nuevo documento en CorelDraw o en cualquier programa de diseño, eligiendo como modo de color el CMYK. De esta forma desde un principio vamos a poder elegir los colores correctos para impresión y no equivocarnos.
Si luego, a ese mismo diseño lo necesitás publicar en las redes sociales o en tu página web, tendrías que cambiar primero todos los colores CMYK y convertirlos en colores RGB, que en CorelDraw se hace de forma automática presionando un par de botones.
Notarás que no hay mucha diferencia al realizar este cambio en CorelDraw o similar, porque es muy probable que entre los 24.000 colores presentes en CMYK obtengamos una coincidencia muy cercana al transformarlos entre los 16.000.000 de colores de RGB.
Si por ejemplo, voy a diseñar un folleto usando CorelDraw, para imprimirlo y luego también voy a querer publicarlo en mi página web para promocionar mi emprendimiento, voy a elegir al crear el documento nuevo, el modelo de color CMYK, para que me permita tener la mayor cantidad de similitudes en los colores.
Haré el diseño normalmente en CMYK y lo guardaré para poder enviarlo a la imprenta, estando seguro que los colores saldrán lo más parecidos posibles a los que elegí al momento de diseñarlos. Luego cuando ese archivo ya esté listo, crearé una copia y a esa copia le cambiaré los colores de CMYK con el que está diseñado, y los cambiaré hacia el modo de color RGB.
Veré en este caso que los colores casi no han cambiado y podré tranquilamente luego, cambiarle el tamaño y exportarlo a JPG o PNG para publicarlo en mi sitio web.
¿Qué pasa si quiero pasar de RGB a CMYK?
El tema es cuando queremos hacerlo al revés, o sea que por error o desconocimiento, hayamos elegido crear nuestro diseño en RGB y luego querer convertirlo a CMYK para imprimirlo. En este caso la cosa cambia, porque según los colores que estén presentes en el diseño RGB, esos colores al convertirse a CMYK se buscarán las coincidencias más cercanas de esos colores, para que sean lo más parecidas posibles, Pero si en el diseño hay colores que CMYK no los puede reproducir, serán reemplazados por un color no muy parecido, que de seguro será una versión más apagada y oscura de su versión RGB, haciendo que el resultado no sea satisfactorio a la vista.
Por el contrario, si vas a diseñar algo para publicar en redes sociales, un post o alguna imagen para tu página web, que estás segura que no lo vas a imprimir, ahí sí, diseñá en RGB libremente y tendrás a tu disposición millones de colores para elegir. A los principiantes es más fácil comenzar con RGB porque no hay tantas variables a tener en cuenta.
Al igual si en algún momento vas a diseñar alguno de Los Principales Elementos de Diseño Gráfico para comenzar un Emprendimiento, esos elementos tan importantes para consolidar tu marca, es preferible que los diseñes directamente en CMYK, porque tu logo tiene que aparecer en la mayor cantidad de lugares posibles y eso incluye medios impresos y digitales por igual.
¿Te imaginás si tu logo tiene un color RGB que no existe en CMYK? Cada vez que imprimas tu logo, la versión impresa no va a coincidir con su versión digital.
¿Que modo de color uso si no sé si voy a imprimir mi diseño?
Entonces si comenzás a dudar y te preguntás ¿que modo de color uso si no sé si voy a imprimir mi diseño?. Entonces en caso de duda, siempre diseñá en CMYK y listo. De esta forma aumentás las probabilidades de coincidir los colores elegidos al pasarlos a RGB en el caso que tengas que publicarlos en redes sociales por ejemplo para promocionar tu trabajo o producto y poder imprimirlo en CMYK en el caso que quieras imprimirlo.
Siempre es mejor diseñar en el modelo de color que más nos limita. ¿porqué? Porque ayuda a evitar cambios de color sorpresivos si normalmente usás tus diseños para mostrarlos en pantallas y para imprimir.
Igualmente si estás usando cualquier programa de diseño gráfico y diseñando en CMYK para luego imprimir tu diseño, no debés olvidarte de que el monitor de tu computadora, donde estás trabajando, es eléctrico y por ende está usando el modo de color RGB para representar los colores CMYK que estás eligiendo en el programa. Las imprentas profesionales calibran sus monitores junto con sus sistemas de impresión, para llegar a tener una semejanza mayor, entre los colores que se ven en el monitor y los colores que se ven ya impresos en imprenta.
Por eso, si estás comenzando y la calibración de tu monitor y el sistema de impresión que vas a usar, no está en tu presupuesto, o si sos emprendedora y preferís avanzar con tu emprendimiento, sin tener que preocuparte tanto con cuestiones demasiado técnicas que no hacen más que meterte dudas y miedo, produciendo que te estanques y no avances, te voy a dar un pequeño truco para que puedas tener más control entre los colores que ves en tu monitor y los colores que saldrán de tu impresora láser o chorro de tinta.
Truco para Calibrar mi Monitor de Forma Casera
Siempre habrá diferencias entre RGB y CMYK, porque como hemos dicho, los colores del monitor tienen luz eléctrica y la hoja impresa no. Entonces sabemos que el blanco del monitor es muy brillante y la hoja donde vamos a imprimir no tiene brillo en absoluto o muy poco.
Entonces el truco para ayudarte a mejorar el resultado final de tus impresiones, es bajar el brillo de tu monitor. Si leíste bien, seguí leyendo que te explico cómo.
Todos los monitores tienen algún tipo de botón de menú o configuración o herramientas, donde podrás bajarle el brillo manualmente. Probá colocar la hoja a imprimir al lado de tu monitor cuando el mismo esté mostrando por ejemplo un documento en blanco de CorelDraw, para que la pantalla esté mostrando grandes cantidades de blanco.
Tratá de ir bajando el brillo del monitor hasta que el blanco que te muestra el monitor, sea lo más parecido posible al blanco de la hoja que vas a imprimir.
Una vez hayas llegado al brillo óptimo (normalmente en mi propio monitor 10% está perfecto), podrás comenzar el diseño de tu proyecto para imprimir.
Luego al enviar a imprimir a tu impresora, podrás corroborar al tener la impresión en la mano, que los colores son muy parecidos a los que elegiste al diseñar, gracias a que al bajar el brillo del monitor, le quitamos luz, al quitarle luz, todos los colores CMYK que te mostró el programa de diseño, eran más oscuros y por ende más parecidos a los que iban a ser impresos en tu impresora.
Hacé la prueba primero y experimentá. Siempre hacé pruebas de impresión primero, antes de imprimir trabajos importantes para evitar sorpresas.
Luego que termines de diseñar y de imprimir, podés subir de nuevo el brillo de tu monitor a sus valores por defecto, para poder seguir usándolo de forma normal, como estás acostumbrada a hacerlo.
Recordá que es un truco casero fácil y no reemplaza una calibración profesional.
¿Probaste hacer el truco de bajar el brillo de tu monitor? Contame si te funcionó en la caja de comentarios.
Este truco y muchas cosas más para ayudarte a comenzar tu emprendimiento, las encontrás en el Mega Curso de CorelDraw para Eventos Temáticos.